Cuando una figura pública o corporación es
atrapada en una mala conducta, los medios de comunicación se apresuran a
informar de los detalles. Los periódicos imprimen informes mordaces, las
personalidades de la televisión dan sus opiniones, y los blogs se incendian con anuncios.
La mala publicidad tiene varias desventajas para las personas y las empresas.
Daño a la imagen pública.
Una persona o empresa sufre daños en su imagen pública o de
marca cuando los informes negativos aparecen. Muchas personas respetan y
confían en actores, deportistas, músicos y políticos, y las empresas gastan
millones de dólares en cultivar las marcas que ellos quieren que la gente vea
como más fiables y de alta calidad. Cuando las figuras públicas o corporaciones
reciben mala publicidad, la opinión pública de ellos puede ser negativa. Las
figuras públicas y las empresas tienen dificultades para restaurar su imagen
pública después de haberla dañado debido a que deben recuperar la confianza del
público.
Pérdida de ventas o de ofertas
La mala publicidad también puede lastimar las posiciones
financieras de las figuras públicas y corporaciones. Un personaje público puede
ser despedido o forzado a renunciar por un mal informe. Él puede tener
dificultades para conseguir otro trabajo, incluso si resulta que el mal informe
fue un error o una invención. Las corporaciones pueden perder millones o
incluso miles de millones de dólares en ventas potenciales y contratos de
negocios y tienen que gastar más dinero para recuperar su volumen de ventas.
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